10 lugares que descubrir en Extremadura.

Extremadura es una región poco conocida. Ya sea por sus malas comunicaciones o el poco empeño en darla a conocer, puede que pase desapercibida, pero tiene un inmenso valor histórico milenario, una gastronomía que quita el sentido, unos paisajes de postal y un valor humano infinito. Por estas y más razones hay que conocer Extremadura. Y para ello os traemos diez lugares que descubrir en Extremadura.

Mérida, Cáceres, el Valle del Jerte o localidades como Trujillo, Zafra o Hervás, tienen una personalidad que atrae a muchos viajeros. Pero en este post os queremos llevar a otros lugares menos conocidos, pero que de alguna forma nos gustaron tanto que os los queremos mostrar y que no os defraudarán. Aquí os dejamos nuestros diez lugares que descubrir en Extremadura.

1- Ermita de la Virgen del Ara.

Al sur de Badajoz, entre los montes de Sierra Morena limítrofes con Andalucía y que fue el último refugio del lobo ibérico en este rincón del Sur, se encuentra la ermita de la Virgen del Ara. Un lugar entre olivos que podría pasar desapercibido, pero ¡que gran error sería ese!.

A simple vista, el edificio nos puede parecer similar a otras ermitas serranas, pero ésta es muy especial y su interior os dejará boquiabiertos, por eso es considerada una de las Capilla Sixtinas rurales de España.

Y es que el interior de la ermita del Ara es una obra de arte, el techo de su única bóveda y paredes son pinturas al fresco originales que representan las imágenes bíblicas del libro del Génesis (uno de los 5 primeros de la Biblia). Las pinturas también reflejan motivos paganos, símbolos mitológicos y la representación de los 4 continentes reconocidos en aquellos años. Estas pinturas datarían del S. XVII y la autoría no está clara.

Las pinturas en aquellos momentos se usaban con motivos didácticos para una población analfabeta que era evangelizada a través de la vista.

Pero la ermita del Ara es bastante anterior a sus frescos. Según historiadores, podría datar del Siglo XII, aunque en el lugar pudo haber otros templos de civilizaciones anteriores debido al manantial que brota en este lugar.

En su altar llama la atención dos imágenes de una mujer y hombre con vestimenta árabes. Estas corresponderían al rey Jayón y su hija Erminda, los cuales según cuenta la leyenda, se habrían convertido al cristianismo tras un milagro de la Virgen.

Pero lo cierto es que del rey Jayón no existe registro y la leyenda podría haber sido una invención de la Orden de Santiago para favorecer la conversión al cristianismo de los musulmanes de la zona en los momentos de la Reconquista.

El precio de la entrada a la ermita son 2€ y el aforo es limitado. Os dejamos enlace para realizar vuestras reservas: https://virgendelara.es/calendar

También recomendamos visitar el mismo día la Mina de la Jayona, un Monumento Natural a sólo 10 minutos en coche y apto para todo los públicos. Su visita es gratuita, pero hay que reservar con antelación. Os dejamos número de reserva: 667756600

¡¡Ah!! Y no olvides mirar en la Ermita de Aral el reloj de arena bajo su coro, que nos indica que el tiempo corre para todos… así que, ¡aprovechad el momento!

2. Trevejo.

Desde la lejanía ya nos muestra su silueta el castillo de Trevejo, de figura enigmática, misteriosa y que inspira leyendas.

El castillo creemos que lo envuelve una nube de atracción por su estado, ya que está medio derruido pero si se intentara restaurar al completo perdería su encanto.

La estructura que se observa en la actualidad es del S.XV y XVI, siendo ocupado primero por la Ordén del Temple y posteriormente por la Orden de San Juan de Jerusalén, de los que aún queda el escudo de armas del encomendador de esta orden Juan Piñeiro (de origen gallego, algo muy importante en esta comarca).

El Castillo progresivamente va perdiendo importancia militar tras la reconquista y al disminuir las disputas fronterizas con Portugal. En el siglo XIX, ya se encuentra abandonado, pero es aprovechado por los franceses en la Guerra de la Independencia. En su progresiva retirada, los franceses lo dinamitan (al igual que con muchos otros castillos tomados), dejándolo con su aspecto actual, derruido. Además, el expolio de sus elementos de construcción han agravado su estado de conservación.

El enigmático del castillo de Trevejo ha inspirado a autores como Pio Baroja, que en sus series Memorias de Hombres de Acción hace referencia a él en su segundo relato titulado Los hombres de El Empecinado.

Junto al castillo se encuentra la iglesia de San Juan Bautista y lo que podría ser una necropolis en su cara sur, ya que hay restos de tumbas en los que se cree que reposarían los restos de los monjes soldados que tantas guardias montarían en el Castillo. Así como un cementerio más actual y la aldea de Trevejo, la cual parece atrapada en el tiempo. El lugar para nosostros más enigmatico y cautivador no podría ser.

A Trevejo se llega desde la localidad de Villamiel, situándose la pequeña aldea y castillo a 3,5 km.

Otros lugares que conocer en las cercanías de Trevejo y de especial interés es San Martín de Trevejo, una localidad de piedra donde el agua recorre sus calles. Un pueblo singular y bello, considerado uno de los más bonitos de España.

Pero unas de las cosas más llamativas en este área es que hablan un dialecto muy singular, el Mañego o Fala. Este dialecto es una mezcla entre el castellano, el gallego y el portugués, una eminencia de los tiempos de la Reconquista cuando estas tierras fueron repobladas por gente de origen gallego. Hay varias teorías de tal singularidad, pero es sumamente llamativo que en un área concreta de Extremadura se hable tal dialecto, un ejemplo de cómo esta área ha estado aislada durante años. El Mañego se habla en tres municipios: San Martín de Trevejo, Valverde del Fresno y Eljas. Si queréis seguir indagando en tal peculiaridad os dejamos enlace de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Fala_(valle_de_J%C3%A1lama)

Y desde ahí, desde su montaña escarpada, seguirá el castillo de Trevejo como un guardián eterno en el tiempo, esperando seguir sorprendiendo al viajero con su imagen y sus hablas…

3. Puente de Alcántara.

Es maravilloso a la vez que increíble, que tras 2.000 años este puente siga siendo transitable con esa altura y arcos. Desde luego la ingeniera romana es increible.

Atravesando el río Tajo en un cañón estrecho, se encuentra una de las estructuras romanas más sorprendentes en la Península. Además, como peculiaridad el puente cuenta con un arco romano en su centro que hace referencia a Trajano, lo cual junto con el entorno, aumenta su espectacularidad como un recuerdo del esplendor del Imperio.

La construcción del puente pudo ser más sencilla, pero los ingenieros y el momento de máximo esplendor del Imperio, impulsaron obras de ingeniería como estas que buscaban engrandecer a Roma y ser eternos en el tiempo.

Su cercanía a Mérida y el poder ser una vía de transporte de los yacimientos mineros de la zona, impulsarían su construcción en una calzada considerada secundaria.

De 58,5 metros de altura y 194 metros de largo, el puente ha sido reconstruido parcialmente en varios momentos de la historia pero nunca derribado en la totalidad.

En una de sus entradas se encuentra los restos de un templo Romano de piedra.

En 1924 fue nombrado Monumento Nacional y en 2014 fue nombrado por la Guía Repsol como Rincón más Bonito de España, y desde luego que lo puede ser.

El puente aún transitable es una referencia para los viajeros en moto que desean cruzar hacia Portugal. A su alrededor encontrareis múltiples miradores, así como senderos que dan maravillosas vistas del Puente que durante el atardecer alcanza mayor espectacularidad.

Ya en el interior de la localidad de Alcántara, destacamos los monumentos religiosos del Convento de San Benito (declarado Monumento Nacional), o las iglesias de Santa María de Alcomovar o la Iglesia de San Pedro. En cuento a monumentos civiles, destacan sus casas señoriales como la Casa de los Bernaldez.

También, si visitáis la zona en verano y aprieta el calor, hay una piscina natural cercana en una auténtica cantera (piscina natural La Cantera). Un lugar precioso y original para el baño.

4. Olivenza.

Esta localidad es un trocito de Portugal en Extremadura, ya que Olivenza estuvo bajo control portugués desde 1297 hasta el año 1801, cuando vuelve a soberanía española tras la denominada Guerra de las Naranjas. Estos 504 años bajo la corona portuguesa, se hace notar nada más observar sus aceras más céntricas, que son las típicas empedradas de Portugal presentes en todo el país o en los nombres de las calles, anunciadas en los dos idiomas. Por este carácter transnacional y singularidad la localidad también es conocida como “La Raya”, como referencia a su posición fronteriza.

El legado portugués ha hecho que Olivenza tenga un enorme patrimonio con estilos propios del país vecino, donde primaba el arte de estilo Manuelino durante gran parte del esplendor portugués en el S.XVI. Este estilo que mezcla elementos del gótico tardío, mudéjar y renacentista, está presente en varios edificios del pueblo. En él priman los colores blancos y el trabajo en piedra. Su nombre proviene de Manuel I apodado el “Afortunado”, uno de los reyes más importantes de Portugal y emprendedor de las grandes expediciones del país luso.

Entre los edificios en este estilo, resulta espectacular la Puerta Manuelina de su Ayuntamiento, decorada con elementos religiosos y cuidada ornamentación destacando símbolos portugueses. Hay una teoría de que esta puerta posiblemente correspondiera a la Iglesia de la Magdalena, otras de las paradas obligatorias en Olivenza.

Otros imprescindibles son un paseo por sus murallas, cruzar por las puertas de Alconchel, del Calvario y San Sebastián, así como visitar el Castillo y Museo etnográfico (entrada conjunta 2,50 €). Junto al castillo se encuentra la Iglesia de Santa María del Castillo. Otro de los edificios que visitar es la Capilla del Espíritu Santo o pasear por el parque Pintasilgos y su curiosa fuente en forma de grifo.

Olivenza tuvo un importante papel como enclave militar, por lo que la localidad tiene un importante legado de baluartes y fortines en todo su perímetro, como por ejemplo el Baluarte de San Blas.

Pasear por Olivenza es como hacerlo por dos países hermanados, un pueblo bello con un carácter especial que merece ser conocido y disfrutado.

5. La Granadilla.

Para nosotros otra parada imprescindible en Extremadura y poco conocida, ya que este pueblo se encuentra completamente abandonado pero a la vez, casi intacto.

Os contamos, más que abandonado está deshabitado, ya que Granadilla fue desalojado como consecuencia de la construcción del embalse de Gabriel y Galán en 1955, ya que se suponía que las aguas podrían cubrir el pueblo, cosa que nunca ocurrió. Pero el pueblo quedó abandonado para siempre, aunque sus tesoros siguen inalterables.

Granadilla es una localidad totalmente amurallada, con un impresionante castillo, su plaza mayor y varias casas de la nobleza, ya que en su momento obtuvo el título de Villa por su importancia y ser cabeza del partido judicial. Un importante patrimonio que cuesta pensar cómo iba a ser destruido por las aguas.

Sin embargo, en el S. XIX el protagonismo se lo arrebató Hervás y la población cayó en decadencia.

Su errada inundación y su belleza, han logrado que desde 1980 el pueblo fuera declarado Bien de Interés Cultural y se lleven a cabo diferentes proyectos para su rehabilitación. Pero no deja de ser curioso pasear por sus calles congeladas en el tiempo, abandonadas, observar como la maleza trepa por las casas, los techos caídos por el peso del tiempo e imaginar como tuvo que ser aquella la vida por un pueblo hoy sin vida.

Su visita es gratuita, en horario de 10:00 a 13:30h por las mañanas todo el año, modificando los horarios de tarde de 16 a 20h de los meses de abril a octubre; y de 16 a 18h de noviembre a marzo.

Otras visitas cercanas puede ser la conocida y hermosa localidad de Hervás (a 26 km), o las menos conocidas ruinas romanas de Cáparra y su impresionante Arco Romano (a 27 km de distancia).

Como va molando una visita a Extremadura…

6. Jerez de los Caballeros.

Ya desde la lejanía, la muralla de la Alcazaba de Jerez de los Caballeros, se alza desafiante y guardiana de los grandes tesoros e historia que custodia.

La historia de Jerez, aunque viene de la Antigüedad y se cree que los fenicios ya la habitaron, está inherentemente unida a la historia de los Caballeros de la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, más conocidos como los Templarios.

Esta orden militar nacida en Francia con el propósito de recuperar los territorios perdidos en Tierra Santa y custodiar el camino de los peregrinos hasta Jerusalén, no sólo se batieron en batalla con Saladino y musulmanes en Oriente Próximo, sino que también tuvieron un destacado papel en la denominada Reconquista.

En esta labor, los reyes cristianos contaron con la ayuda de diversas órdenes militares, a las que a cambio de sus servicios se le concedían tierras y jurisprudencia sobre ellas. Este es el caso de amplias zonas de Extremadura, convirtiéndose Jerez en la capital de los Templarios en España, una de las ciudades más importantes en el momento de la Península y su último reducto en la historia. Ya que en ella fallecieron combatiendo los últimos templarios ante la orden del Papa Clemente V que los condenó a su disolución.

El mandato de disolución se aplicó en España muy a posteriori por la magnitud de su poder, sus fueros (denominado balya) y por ser unos aliados necesarios en ese momento historico.

Según la leyenda, los últimos templarios murieron en la “Torre de la Sangrienta” en el 1327, una de las torres de las que componen sus murallas y aún en las noches de luna llena se oyen los pasos de los fantasmas de los últimos templarios haciendo la ronda de vigilancia.

Para conmemorar esta vinculación de la localidad con los legendarios templarios, cada julio se realizan unas jornadas para rememorar esta época.

Pero Jerez de los Caballeros, como ciudad de prestigio que es, también cuenta con más lugares que visitar, aparte de su Alcazaba y empaparse de su historia. Cuenta con tres preciosas iglesias, que compiten por la mayor torre. Para visitarla recomendamos comprar el bono en la iglesia de San Miguel, la más céntrica cuyo precio son 5 €. Nuestra iglesia favorita es la de San Bartolomé y sus preciosos azulejos blancos y azules en su fachada, con cierto aire portugués.

Al igual que en otras localidades extremeñas, Jerez también cuenta con su explorador ilustre. Que en este caso sería Núñez de Balboa, primer europeo en divisar los “Mares del Sur”, conocido como el Océano Pacífico. Núñez de Balboa cuenta con su museo en la localidad que está en su casa natal, que se encuentra en la Calle Oliva, cerca de la Iglesia de San Bartolomé y es gratuito.

Jerez de los Caballeros da para perderse un fin de semana entero, y para conocerlo mejor os dejamos enlaces a una visita guiada a través de Civitatis: https://www.civitatis.com/es/jerez-de-los-caballeros/visita-guiada-jerez-de-los-caballeros/

Otro castillo que nos gustó cercano a Jerez de los Caballeros, es el de Burguillos del Cerro. Gratuito aunque su acceso peatonal es complicado por su ubicación.

7. Llerena.

Pueblo con vocación de grandeza, capital de la Campiña Sur de Badajoz.

De Llerena nos encantó su Plaza Mayor porticada, plaza donde en otra época se realizaban actos religiosos y corridas de toros. Franqueándola se encuentra su ayuntamiento de portada histórica y la majestuosa iglesia de Nuestra Señora de la Granada. Una Iglesia de que en origen tenía estilo gótico-mudéjar, pero los dos siglos que tardó su construcción (S. XVI- XVIII), fue variando, destacando en ella sus arcos y balconadas en su fachada.

A sus pies, se encuentra la estatua de uno de los pintores más destacado del Siglo de Oro español, como es Zurbarán. Aunque Zurbarán no fuera originario de Llerena, si nació en el cercano pueblo de Fuente de Cantos.

Otro edificio destacado de Llerena es el Palacio de Doña Mariana, hoy en día convertido en hotel, pero merece la pena tomar un café en su interior.

Más edificios de interés en la localidad son el Hospital de San Juan de Dios (actual biblioteca); la iglesia de Santiago la cual dependía de esta misma Orden en cuyo interior descansa los restos de Alonso de Cárdenas, Maestre de esta Orden y consejero de los Reyes Católicos; o el convento de Santa Clara.

Un paseo por sus murallas es obligatorio, disfrutando del Parque de Cierza de León (explorador y cronista natural de Llerena, cuya aportación principal fue sus crónicas sobre la conquista del Perú) o buscando la puerta de Montemolín.

Pero una visita a Llerena se debe complementar con conocer las ruinas romanas de Regina Turdulorum, donde destaca la conservación de su teatro. La entrada es gratuita y en verano se organizan jornadas de Teatro Clásico (es una subsede del Festival de Teatro Clásico de Mérida). Regina Turdulorum está en la localidad de Casas de Reina, donde os recomendamos comer en el restaurante El Mesón de Palacios (reservar con antelación).

A escasos 5 km se encuentra la Alcazaba de la Reina, una imponente fortificación en ruinas cuyo pasado tuvo que ser un castillo imponente. Desde él hay unas vistas maravillosas y donde se puede disfrutar de unos atardeceres preciosos.

8-Valverde de la Vera.

La comarca de la Vera es uno de los rincones con más encantos que hay en Extremadura. A los pies de la Sierra de Gredos, la zona es bella en arboleda y abrupta en relieves, que da lugar a que los abundantes arroyos formen pozas ideales para el baño y sorprendentes saltos de agua.

La Vera está salpicada de pequeños pueblos con historia y naturaleza que comparten (no es una comarca administrativa), y que parece anclarse en la Edad Media, cuando la zona comienza a ser repoblada por gente original de Castilla.

Hay bellos pueblos entre sus montañas, bosques y valles, pero nos quedamos con Valverde de la Vera. Quizás por su pequeño tamaño, sus calles estrechas, empedradas y el sonido de las aguas por ella, nos enamoró.

Valverde cuenta con una amplia historia de señores y nobles, así como la Iglesia de Fuentes Claras unida a un castillo (se conserva sólo parte). Una de sus tradiciones más arraigada aunque algo tétrica para nuestro gusto, es la del Empalado en Semana Santa. Una representación del Vía Crucis de Cristo pero muy real.

Pasear por la localidad es una sensación muy agradable, donde se nota el frescor de las casas de piedras, las calles con sus verdes macetas, el murmullo de las tertulias de los vecinos al fresco en verano y los techos de las calles sombreados con tejidos típicos elaborados por las vecinas.

La historia de la Vera está unida a la historia de Carlos V, quien pasó sus últimos años entre Jarandilla de la Vera y el Monasterio de Yuste. Esta presencia atrajo a la comarca a parte de su corte de origen flamenco y alemán, que trasladaron su estilo arquitectónico a la zona, recordando los pueblos en algunos momentos a poblaciones típicas de Europa.

También en los alrededores de Valverde, así como en toda la Vera, la naturaleza es la gran protagonista. Destacando los impresionantes barrancos y cañones por donde corre el agua moldeando la piedra. Algunos de estos barrancos son lugares perfectos para un baño en verano o recorrerlo en cualquier momento. Os destacamos la Garganta de Cuartos, pero evitar los fines de semana que se masifica demasiado (ya también nos gustaría advertir de su estado, ya que por desgracia la gente no se conciencia del cuidado del medio ambiente y que los residuos se recogen).

Y por supuesto de la Vera hay que llevarse su pimentón, un condimento ideal.

9-Parque Nacional de Monfragüe.

Un lugar donde la naturaleza aún es la dueña del territorio, moldeándose el paisaje al paso del río Tajo y el Tiétar, dejándonos lugares tan icónicos por sus formaciones geológicas como el Salto del Gitano.

Monfragüe es un Parque Nacional en el corazón de Cáceres, ideal para conocerlo si estás en la capital o en la población de Trujillo. En él se puede disfrutar de la naturaleza y de animales, algunos tan majestuosos como el buitre negro, el ave más grande de los cielos de España y cuya mayor colonia se encuentra aquí. Se estiman que en el Parque puede existir hasta 200 especies de aves, algunas migratorias y otras permanentes, siendo un paraíso para los amantes de la ornitología.

Además de aves, es fácil poder avistar ciervos, zorros, jabalíes o meloncillos.

El Centro de Visitantes de Villarreal de San Carlos, es un punto ideal para conocer el Parque y sus valores, así como para buscar alojamiento, reponer fuerzas o poder disfrutar de un merendero. Se encuentra cerca del mirador del Salto del Gitano. También desde este punto salen varios senderos, de los cuales os recomendamos la subida al castillo de Monfragüe (nosotros realizamos la senda roja, camino de la Umbría. Alrededor de 12 kilómetros).

Junto al Castillo existe un yacimiento de pinturas rupestres. En la zona hay un parking cercano para visitar estos dos lugares emblemáticos del Parque.

Monfragüe es un lugar digno de disfrutar, ataviados con buenos prismáticos y ganas de patear. Tampoco olviden mirar sus cielos por las noches.

10. Romangordo.

Y aquí nuestro último imprescindible de esa Extremadura poco conocida, que sería para una población sin grandes iglesias ni castillos, pero que sus murales, los graffitis y el cuidado de sus vecinos, han convertido a este pequeño pueblo en un museo al aire libre de arte urbano. Nosotros calificamos a Romangordo como capital del “Flow Rural”.

Estos murales, cuidados al detalle y que impregnan todo el pueblo, le han dado a Romangordo una personalidad propia que hace que pasear por sus calles sea ameno, divertido y sorprendente.

Las pinturas representan actividades cotidianas, tradiciones, naturaleza, personajes del pueblo… Dando vida a cada esquina, encanto a una fuente o son capaces de convertir una horrible torre eléctrica en un precioso campanario. Han cambiado la fisionomía del pueblo, siendo un gustazo andar por sus calles.

También Romangordo cuenta con una historia poco conocida y transcendental para nuestro país, ya que en él se libró la última batalla contra los franceses en territorio extremeño en la Guerra de la Independencia, siendo progresivamente expulsados de la Península. Recordando este hecho hay un pequeño centro de interpretación denominado Ruta de los ingleses, ya que el apoyo inglés desde la cercana Portugal fue transcendental para la victoria contra los franceses. El cercano puente de Almaraz y su control fue el detonante para que Romangordo fuese un punto estratégico. Hay una ruta de sendero lineal que recuerda la Ruta de los Ingleses (unos 6 kilómetros aprox.) y que llegaría hasta un fuerte francés dinamitado y desde donde se controlaba el denominado puente, el cual cruza el rio Tajo siendo impresionante su construcción.

Romangordo se encuentra muy cerca de la Autovía del Suroeste que comunica Extremadura y Andalucía con Madrid (A-5, salida 210), un pequeño desvío os puede acercar a este pueblo tan desconocido como bello y que para nosotros fue una gran sorpresa. Y es que Extremadura guarda tantos tesoros desconocidos pero tan increibles…

Aquí os dejamos un POST con el que queremos poner en valor una de las zonas que consideramos más desconocidas de España, pero que merece mucho adentrarse en ella porque no os defraudará. Nosotros lo seguiremos haciendo porque Extremadura es para enamorarse.

Si se os apetece seguir conociendo otros lugares de España, os dejamos este POST donde os mostramos 15 lugares impresionantes de España: https://www.mipasaportepidesellos.es/15-lugares-impresionantes-en-espana/

Nos encanta que nos compartas


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *